Estos establecimientos demuestran que optar por la unión y dejar atrás la competencia es un camino efectivo para avanzar en los aprendizajes y entregar mejores oportunidades a los estudiantes.
El 2014, siete establecimientos costeros técnico profesionales de La Araucanía deciden que su territorialidad, sistema educativo y características socioeconómicas comunes cobran más sentido desde la colaboración y no desde la competencia. Frente a esto, comienzan a construir un camino conjunto para asumir el desafío de educar con calidad.
De esta forma, y con el apoyo de Fundación Luksic y Educación 2020, nace la Red Cautín Costa, experiencia pionera en esa región que opta por la unión para fortalecer la educación técnico profesional (TP) e impulsar la innovación educativa, desde la firme convicción de que este camino no sólo permite enriquecer las estrategias pedagógicas, sino que además genera más oportunidades de desarrollo integral para las comunidades educativas.
Y, ¿cómo ha resultado este trabajo? Según el director del Liceo Juan Schleyer de Freire, Juan Carlos Fuentes, “la experiencia de estos cinco años ha sido sumamente positiva, porque los liceos nos hemos potenciado unos a otros. Hemos generado vínculos de confianza importantes, lo que nos ha permitido aprender conjuntamente”.
En esta red se reúnen mensualmente para evaluar los avances y desafíos, sobre todo en la implementación de la metodología de Redes de Tutoría y en el fortalecimiento del liderazgo directivo y, además, frecuentemente realizan pasantías y festivales de aprendizajes para intercambiar experiencias.
Investigación
Precisamente, esta red fue una de las analizadas a través de una investigación sobre liderazgo escolar, que dirige Sandra Zepeda, del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (Cedle). Según cuenta, el 2017 comenzaron un trabajo para conocer cómo funcionan las redes de mejoramiento escolar, con el fin de levantar su nudos críticos, fortalezas y buenas prácticas a partir de 10 casos, siendo uno de ellos el de Cautín Costa.
De acuerdo a lo investigado en dos fases, Zepeda asegura que uno de los factores que más incide en el trabajo en red es la permanencia de sus integrantes. “Hay una dependencia bien directa de las personas que participan y el éxito de una red depende mucho de que no exista rotación de sus integrantes”, dice.
“Cuando los integrantes tienen la posibilidad de participar y aportar a la definición de los temas que van a ser abordados en las sesiones de la red, se genera un espacio mucho más cohesivo, más productivo y de aprendizaje mutuo”
Junto a esto, la investigadora añade que otro aspecto relevante es la participación de los miembros en la agenda temática de la red. “Cuando los integrantes tienen la posibilidad de participar y aportar a la definición de los temas que van a ser abordados en las sesiones de la red, se genera un espacio mucho más cohesivo, más productivo y de aprendizaje mutuo”, afirma.
En este sentido, la profesional agrega que la mayoría de quienes participan en red valoran el fortalecimiento de la confianza, el intercambio de buenas prácticas y experiencias para gestionar mejor sus colegios, y la posibilidad de formarse profesionalmente. “En el fondo, toda red es una instancia de aprendizaje y de formación”, dice.
Por la vinculación local
Otra red que nació el 2017, pero que retomó su trabajo hace poco más de un año, es la red Choapa, donde participan cuatro liceos de la provincia, además de otros actores de la educación local y del mundo empresarial. ¿Su foco principal? Fortalecer la educación técnica profesional del país, potenciando la colaboración entre establecimientos y la vinculación con la comunidad para ampliar las oportunidades de sus estudiantes.
Para Marcela Díaz, profesora y encargada de Producción del Liceo Polivalente de Salamanca, participar en la Red Choapa ha sido una oportunidad para compartir experiencias y enriquecer los procesos formativos. “Lo que más rescato es el intercambio que hemos hecho de experiencias pedagógicas, que nos permiten impactar de forma positiva en la trayectoria formativa de nuestros estudiantes” dice la docente y agrega que “ha sido una rica fuente de información sobre centros de prácticas que existen en las distintas comunas de la provincia. Esto es clave para garantizarles a los estudiantes que puedan terminar como corresponde su proceso formativo y puedan obtener su título”
Esta es una opinión que comparte Carola Campero, jefa de empleabilidad de proveedores locales de minera Los Pelambres. “La apuesta por la Educación TP es fundamental para nosotros, porque es de esta forma que se puede entregar mejores herramientas para que los estudiantes se desarrollen y opten a mejores oportunidades. Uno de los trabajos más fuertes es coordinar las mallas curriculares con el mercado laboral, haciendo más pertinentes los perfiles”.
Agrega que “estamos muy contentos con el trabajo que hemos realizado durante este año, donde hemos definido nuestra identidad, hemos sumado a nuevos actores y hemos coordinado un trabajo que esperamos que prontamente tenga un impacto en la comunidad. Queremos que esta articulación se mantenga por el bien de los estudiantes y de la provincia”.

Estudiantes más empoderados
Si bien la Escuela San Antonio de Naltagua, de la comuna de Isla de Maipo, no es parte de una red como tal, sí trabaja en colaboración con otros establecimientos que implementan la metodología de Redes de Tutoría en comunas como Talagante o El Monte.
Mejorar la calidad de los aprendizajes ha sido lo que ha motivado el trabajo con otras escuelas, según cuenta Sandra Ortiz, directora de la Escuela San Antonio de Naltagua, de la comuna de Isla de Maipo. “A través del trabajo con otros establecimientos no sólo ocurre un enriquecimiento desde el punto de vista pedagógico, sino que también nuestros estudiantes desarrollan otras habilidades, como la capacidad de socializar con otros y la seguridad en sí mismos”, precisa.
Al respecto, la investigadora Sandra Zepeda coincide en que “el desafío del aprendizaje integral de los estudiantes es un desafío común, no es una tarea individual, sino colectiva, de alto compromiso y que requiere de los mejores aportes. El enfoque de trabajo en red (entre establecimientos) permite que, efectivamente, los capitales que están disponibles puedan converger y eso es imposible hacerlo solo”.
Uno de los establecimientos con los que ha trabajado la Escuela San Antonio de Naltagua es la Escuela Tegualda de Talagante. Así lo confirma la directora Miriam Calzado, quien además cuenta que desde el 2015 formaron una red comunal con otros tres colegios de la comuna: Liceo de Talagante, Liceo Politécnico y el Liceo Bicentenario.
“A través del trabajo con otros establecimientos no sólo ocurre un enriquecimiento desde el punto de vista pedagógico, sino que también nuestros estudiantes desarrollan otras habilidades, como la capacidad de socializar con otros y la seguridad en sí mismos”
“Somos establecimientos muy distintos entre sí, pero que trabajamos convencidos de que en la diversidad está la riqueza. En este contexto hemos organizado Olimpiadas de distintas asignaturas, pasantías de docentes entre los establecimientos, seminarios por la educación pública, entre otras actividades”, manifiesta la directora de la Escuela Tegualda.
Y agrega que “trabajando en red hemos sido capaces de derribar mitos, derribar barreras. El sistema, en parte, nos ha invitado a ser más competitivos entre escuelas, entonces ha sido muy importante romper estos paradigmas y darnos cuenta que compartiendo experiencias podemos sacar lo mejor de nuestros estudiantes”.
Por la visibilización de la educación TP
Más al sur, específicamente en la Región de Los Ríos, 35 liceos TP también unieron sus esfuerzos para conformar una red única en su naturaleza y en su número de participantes, teniendo como aliados a la Seremi de Educación y a actores del mundo productivo. ¿El propósito? Brindar mayor y mejores oportunidades a los estudiantes, a través de la visibilización y el fortalecimiento de la educación TP, lo que incluye acciones como: la participación en mesas consultivas, organización de seminarios, intercambios de experiencias, ferias y gestión para la obtención de fondos.
“Este trabajo partió hace dos años y en un principio costó, pero creo que primó la idea de que teníamos que avanzar a una organización donde el bien común de todas las comunidades educativas sea lo primero”, dice Sergio Sandoval, director del Instituto Superior de Administración y Turismo (Insat) y parte de esta red.
Y en este sentido, el director afirma que algunas de las claves para que que el trabajo colaborativo entre establecimientos sea exitoso son: trabajar de forma mancomunada con las autoridades locales y otros actores claves, más allá de las tendencias políticas, además de tener una comunicación fluida con los y las integrantes de la red. “Pero lo más importante es trabajar para generar oportunidades de desarrollo para nuestros estudiantes. Ese debe ser el norte siempre”, concluye.
“Trabajando en red hemos sido capaces de derribar mitos, derribar barreras. El sistema, en parte, nos ha invitado a ser más competitivos entre escuelas, entonces ha sido muy importante romper estos paradigmas y darnos cuenta que compartiendo experiencias podemos sacar lo mejor de nuestros estudiantes”.